Por qué fracasó el quórum de la sesión, quién salió ganando y quién perdiendo
“La venganza es un plato que se sirve frío”. Este refrán podría resumir la jugada que ejecutó el jefe del bloque Hacemos Coalición Federal, Miguel Pichetto, quien sin haber dado señales previas, engañó a todos y se cobró venganza. ¿Cómo? Convenció a los diputados de su bancada de no dar quórum en la sesión, que aceptaron de buen gusto el desafío.
Hacemos no fue el único bloque que brilló por su ausencia, pero sí fue el elemento determinante para que se cayera la sesión. A Unión por la Patria y al Frente de Izquierda, que no se loguearon en el recinto, nadie los contaba en el oficialismo.
Sorprendió, eso sí, las ausencias de diputados cercanos al oficialismo como los macristas Diego Santilli, María Eugenia Vidal y José Nuñez; y de la ex libertaria Carolina Píparo.
El ajuste de cuentas del diputado originario de Río Negro tiene su origen en un cúmulo de desaires contra Hacemos que se fueron concatenando en el tiempo, y que profundizaron el malestar del bloque.
Para empezar, Pichetto esperaba un lugar en la bicameral de Inteligencia para Emilio Monzó, pero el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, eligió al libertario César Treffinger para ocupar ese cupo.
El diputado dialoguista también está presionando para ocupar la presidencia de la bicameral mixta revisora de cuentas, que aún no está constituida.
Además él es parte del acuerdo con la UCR y Unión por la Patria para que Mario Negri desembarque en la Auditoría General de la Nación, una maniobra que el oficialismo busca desactivar con el apoyo del PRO.
Y en la pila de quejas también aparece el freno al tratamiento de proyectos que no sean de la autoría propia del oficialismo.
En este marco de profundas desavenencias, que para Pichetto constituyen un destrato hacia su fuerza política, es que tramó este golpe de tablero que hizo caer como castillo de naipes la sesión.
El presidente del bloque de Hacemos fue a la reunión de Labor Parlamentaria previa a la sesión con la mejor cara de póker, sin anticipar sus movimientos.
Sin embargo, Noticias Argentinas pudo corroborar a través del testimonio de varios de los jefes de bancada que asistieron a ese cónclave que su humor había cambiado.
Ayer por la tarde (es decir unas horas antes), en un encuentro de Menem con líderes dialoguistas, Pichetto había salido con un semblante positivo, poniendo énfasis en los esfuerzos conjuntos para ordenar la agenda de la sesión.
Nada hacía presagiar que estaba tramando un ajuste de cuentas. La cuestión es que algo no le gustó al rionegrino en Labor Parlamentaria, posiblemente que no estaba aún cerrado el texto de repudio a los diputados libertarios que visitaron a represores presos en el penal de Ezeiza.
Esa fue probablemente la mecha que detonó la bomba de resentimientos acumulados. No alcanzó con la intervención del presidente del bloque de La Libertad Avanza, Gabriel Bornoroni, quien en las últimas horas y en varias oportunidades metió mano para mejorar la redacción del texto.
La versión original era “demasiado lavada”, según expresaron diputados de Hacemos Coalición Federal y de la UCR con los que Noticias Argentinas tuvo diálogo.
Pero las correcciones que aplicó el cordobés libertario realmente acercaron el texto a lo que pretendían estos espacios, con acusaciones contundentes a los implicados.
Hasta el presidente del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, era proclive a acompañar ese pronunciamiento conjunto, supo NA.
“Que 257 diputados o la gran mayoría votara una resolución que dijera Memoria, Verdad y Justicia para mí era un logro”, señalaron las fuentes consultadas de UP.
La revuelta de Pichetto y sus laderos, evidentemente, pasaba por otros carriles, y no por precisamente por una disconformidad con el proyecto que declaraba la “preocupación” por la merienda de libertarios con Alfredo Astiz y otros condenados por delitos de lesa humanidad.
El jefe de Hacemos salió del cónclave en Labor Parlamentaria a las 11.30, se dio vuelta para conversar internamente con su bloque y entre todos -lo más oficialistas y los más opositores- se “dieron manija” para consumar la jugada. Todos ellos tenían broncas acumuladas.
Más allá de esto último, lo más extraño y desconcertante de todo es que el diputado opositor pateó la estantería sin avisar a nadie que lo iba a hacer. Tal vez si lo hubiera hecho, el oficialismo habría tomado precauciones e iniciado una negociación paralela con el rionegrino para disuadirlo, ofreciéndole algo a cambio.
Pero Pichetto estaba ya decidido a dar un golpe de efecto: que su sublevación fuera televisada, y que fuera espectacular. La próxima vez, estiman cerca suyo, lo pensarán mejor antes de subestimar a Hacemos.
«Somos un bloque chiquitito e insignificante a los ojos del presidente de esta cámara«, dijo socarronamente un diputado de Hacemos, firmando la “vendetta”.
El comunicado que publicó Hacemos Coalición Federal minutos después de que se cayera la sesión aporta algunas claves para entender la decisión del bloque, que fue ciertamente política.
«No vamos a ser funcionales a discutir la agenda identitaria de los extremos del arco político«, resaltaron, y aprovecharon para tirarle tierra a Menem: “Lo instamos a que recupere el normal funcionamiento de esta casa”.
En el texto, insistieron en que «las autoridades de la Cámara deben convocar a sesiones ordinarias e incorporar en la agenda parlamentaria proyectos que hacen a las demandas de todos los argentinos».
Un diputado del bloque de Pichetto, al que NA tuvo acceso, aportó más precisiones: «No estaban embarcando en una sesión de 24 horas sobre un montón de temas que alimentan la grieta. No se cerró una resolución clara con lo de Ezeiza. Íbamos entrar en un circo romano mostrando la peor cara del Congreso».
Con una dosis de chicana, fuentes cercanas a la presidencia de la Cámara baja abonaban una teoría diferente: “La lectura política que hacemos es que Pichetto ya no lidera más en el bloque, y el que está más activo es Monzó, que tiene cuentas pendientes”.
Quién sale ganando y quién perdiendo
Para confeccionar la lista de ganadores y perdedores hay distintas lecturas. Pero en una evaluación rápida cabe señalar que el oficialismo estaba muy interesado en que la sesión se concretara.
La prueba empírica inobjetable de esto son las decenas de llamadas perdidas que desde el oficialismo y el PRO dejaron en el teléfono de Pichetto y de otros referentes de Hacemos cuando vieron que los diputados de esa fuerza política no aparecían en el recinto para iniciar la sesión.
La desesperación oficialista registrada en ese momento marca que el resultado final (la sesión caída) sea un revés para La Libertad Avanza.
En contrapartida, el oficialismo evitó que la polémica por la visita de un grupo de diputados de su bloque se adueñara del debate, y en consecuencia el kirchnerismo y otros bloques sometieran a ese espacio a la guillotina moral.
Por otro lado, Unión por la Patria se salvó del aluvión de críticas que le esperaba por haber sido parte del gobierno de Alberto Fernández, caído en desgracia por la denuncia de violencia de género contra su ex mujer Fabiola Yañez.
Tampoco la Cámara de Diputados se convirtió en caja de resonancia de expresiones de repudio sobre la preocupante situación en Venezuela, un tema con el que el oficialismo y sus socios del PRO podían acorralar al kirchnerismo, que aún hoy conserva un sentimiento de aprecio nostálgico con el chavismo.
El saldo para Unión por la Patria, en este sentido, fue positivo. Desde el bloque que preside Germán Martínez hubieran preferido que en la sesión se votara una resolución de repudio por la audiencia de diputados liberales con genocidas.
Sin embargo, celebraron que en la reunión de Labor Parlamentaria, a propuesta de la diputada nacional del PRO Silvana Giudici, se abriera una puerta para tratar los proyectos para evaluar la conducta de los diputados libertarios en la comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento.
“Giudici y después Silvia Lospennato nos abrieron esa ventana. Entonces a cambio nosotros estábamos dispuestos a acompañar una declaración común, que había sido mejorada por Bornoroni”, explicaron las fuentes de UP consultadas.
“Para que nosotros nos sumáramos a esa declaración teníamos que tener la garantía de que en algún lugar institucional se iniciara el trámite y fuera un ámbito vivo para dar este debate de cara a la sociedad”, agregaron.
Y destacaron que no tenían “ninguna chance” de que el resto de la oposición acompañara en el recinto el proyecto de ley que propone crear una comisión especial investigadora de la visita en el penal de Ezeiza.
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