Juan Grabois apoyó el discurso de Norman Briski sobre Gaza: “¿En qué momento tuvo una palabra contra el pueblo judío o a favor del terrorismo?»

Tras recibir un Martin Fierro en reconocimiento a su trayectoria, el actor Norman Briski brindó un discurso que generó polémica por su fuerte crítica hacia la política nacional y por mostrarse a favor de Gaza en la guerra en Oriente Medio: “Gaza jamás será vencido”, exclamó y confesó: “Siento aquí en mi sangre, en mis ancestros, la defensa de un pueblo que está siendo asesinado”.

La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) repudió los dichos de Britski y lo acusó de haber usado el escenario de los Martín Fierro para manifestar su apoyo a Hamas. El actor, además, fue denunciado por el abogado Alejandro Sánchez Kalbermatten por apología al terrorismo.

En ese contexto, el líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), Juan Grabois, se expresó en defensa del actor: “No escuché en el discurso de Briski ninguna apología, sino el sentimiento genuino de un hombre clamando por un pueblo masacrado. La sensibilidad y la verdad dicha de frente incomoda”, escribió en su cuenta de X.

El dirigente social continuó su mensaje en la misma línea que el actor: “Gaza, la martirizada Gaza, la martirizada Palestina por la que pidió el Papa Francisco. Gaza, donde las bombas criminales de un gobierno terrorista asesinan niños, mujeres, ancianos… y nos dice que así combate el terrorismo”. 

Y cuestionó: “¿En qué momento, porque no lo escuché, Norman Briski tuvo una palabra contra el pueblo y la religión judía o a favor del terrorismo? Y cuando el vicepresidente de la DAIA dijo que ‘no hay inocentes en Gaza’ ¿quién se escandalizó?”.

“¿Con qué derecho acusan de antisemitas a los ateos, judíos, musulmanes y cristianos que decimos ‘¡Terminen con el horror!’? ”, continuó preguntándose Grabois, quien concluyó su mensaje recordando las cifras de la guerra: “En Gaza murieron más de 40.000 hombres, mujeres y niños. Las cifras están a la vista, y si pensamos con objetividad, como seres humanos, si olvidamos por un segundo la religión y los ancestros de cada cual, podremos comprender que a los ojos de Dios todos somos iguales y cada vida vale lo mismo.”