Y si el auto y la vivienda propios dejaron de ser prioridad para los más chicos
Los jóvenes de las grandes ciudades que estudian y/o trabajan redefinen la tradicional seguridad de acceder al techo propio, a manejar un 0km a su nombre, o a quedar atados a un empleo o a todo lo que se interponga al deseo de viajar y conocer.
El mundo más interconectado y condicional como el de hoy torna inconvenientes las obligaciones estáticas, ya que atraviesa la denominada nueva era de movilidad sostenible.
Los millenials suman casi 13 millones. El Observatorio de la Deuda Social Argentina estima en cuatro de cada 10 los jóvenes de entre 18 y 24 años que estuvieron o están participando en estudios superiores: 2,9% ingresaron y abandonaron, 35,2% continúan estudiando y 2,8% finalizó con éxito.
La dinámica de su formación hace que gran parte de los nacidos en la metrópolis entre 1981 y 1996 prefieren alquilar vivienda o quedarse con sus padres antes que meterse en largos planes hipotecarios que los atan a una ubicación fija.
Y entre los que optan por emanciparse, la oferta de financiamiento a plazos muy prolongados constituye una referencia de costo mensual que suele ser cotejada con el de un alquiler, aunque requiera de la condición de disponer de un ahorro o aporte familiar como punto de partida.
Para comparar, la cuota inicial para un comprar departamento usado de 43 metros cuadrados sería de $592.440, pero los bancos exigen ingresos necesarios de $2.369.760 y el pago unicial de US$ 26.090.
En tanto, el alquiler de un departamento de las mismas comodidades oscila entre los $481.000 y $485.000 mensuales en promedio, según Monitor Inmobiliario.
Por ejemplio, Zonaprop cotiza un ambiente en la Ciudad a un promedio de $424.583 por mes; un dos ambientes a $507.422, y un tres ambientes, a $682.714.
Mercado ampliado
Luego de la desregulación, existen casi 15.300 inmuebles en alquiler publicados en la Ciudad de Buenos Aires, cuando en el mismo mes de 2023 había sólo 5.622 (la mayoría, en dólares) con una expansión de la oferta del 172,11% interanual.
Sin embargo, no toda la demanda se corresponde con la decisión de habitar en forma estable, sino que hay una parte que invirtió en inmuebles para alquilarlos, como renta o para cruzar con ubicaciones o comodidades distintas.
La cuenta actual pasa por la relación alquiler/precio, que se ubica en actualmente en el 4,29% anual, es decir que, en promedio, se necesitarían 23,3 años de alquiler para recuperar la inversión inicial en una propiedad, según datos de Zonaprop.
Las unidades de dos dormitorios presentan una rentabilidad promedio del 4,15% anual, y los de tres ambientes se ubican en el 4,12%; a su vez; las unidades más grandes, de cuatro ambientes, registran una rentabilidad ligeramente inferior, situándose en el 3,95% anual.
Por ahora, los números, al revés, representan una oportunidad de inversión para el propietario que cruza alquileres.
Los bancos destacan la preeminencia de solicitudes de personas menores a 40 años.
El rango etáreo se define conforme la residencia de los jóvenes, ya que en el interior los proyectos suelen ser más sedentarios.
Las cuatro ruedas
Actualmente, las nuevas generaciones, en especial los millennials y la Generación Z, están redefiniendo también su relación con el transporte.
A medida que se alejan de la idea tradicional de tener el título de propiedad de un coche, las plataformas de alquiler de vehículos emergen como alternativa versátil y atractiva que se adapta a sus necesidades y estilos de vida.
Un informe de Statista estima que el mercado global de alquiler estará impulsado en 2025, en gran parte, por la demanda de servicios que ofrecen opciones a corto y largo plazo.
Las plataformas de alquiler implementan innovaciones en ciudades de todo el mundo, tales como el carsharing, donde los usuarios pueden alquilar vehículos por horas o días,.
Además de las ventajas en términos de flexibilidad y sostenibilidad, otra razón por la cual muchos millennials optan por alquilar en lugar de poseer un automóvil es la posibilidad de generar ingresos extra de manera sencilla.
Hoy en día, plataformas de movilidad y economía colaborativa permiten a los conductores alquilar o compartir su vehículo cuando no lo están utilizando, o bien, obtener ingresos conduciendo para servicios de ride-hailing.
Este enfoque no solo proporciona acceso a vehículos sin las responsabilidades de la propiedad, sino que contribuye a la reducción de la congestión urbana y las emisiones de carbono.
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