La historia del edificio donde funcionaba un boliche de las Madres de Plaza de Mayo
El viernes pasado, el gobierno nacional, a través del Ministerio de Justicia, denunció que funcionaba un boliche dentro de un edificio, ubicado en el barrio de Once, que dependía de la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo, creación de Hebe de Bonafini. Según Mariano Cúneo Libarona, “en un edificio destinado a ser una universidad, en lugar de estudiantes y aulas, encontramos una bailanta con luces, parlantes, alcohol y comida. Para quienes se divertían a costa del dinero de los argentinos, la fiesta terminó. Ahora enfrentarán todo el peso de la ley”.
Sin embargo, en un extenso comunicado, la Universidad de Madres de Plaza de Mayo desmintió al ministro asegurando que en el edificio de Pueyrredón 19 no dependía de ellas. El ex secretario de Derechos Humanos de Alberto Fernández, Horacio Pietragalla Conti, “miente pues el edificio (…) es propiedad del Estado Nacional, el cual a través de la AABE cedió el uso de sus tres pisos para diferentes fines: la Universidad de las Madres dictó clases y cursos en un sector del segundo piso hasta el año 2021. A partir de ese año, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación inauguró en esa parte del edificio que quedó desocupada el primer Centro de Integración para Personas Migrantes y Refugiadas”.
Pero la sesión del edificio a organizaciones sociales vinculadas al kirchnerismo no la firmó ni Alberto Fernández ni Cristina Fernández de Kirchner. Todo nació años atrás durante la presidencia de Néstor Kirchner. Así lo confirmó uno de los protagonistas a la Agencia Noticias Argentinas vinculado a Edgardo Depetri.
Depetri fue diputado nacional y ex candidato del kirchnerismo a intendente de Lanús. Integró el Frente Transversal de la CTA que recibió el edificio en cuestión.
Pero la excusa por la que Néstor Kirchner decidió ceder ese edificio a los movimientos sociales del primer kirchnerismo –Miles de Luis D´elia y el Frente de Depetri- fue respaldar a los familiares de fallecidos en la guerra de las Islas Malvinas que deseaban tener un espacio de memoria e investigación. Eso luego mutaría en un edificio dedicado a actividades sociales y culturales.
El tercer piso de ese edificio ubicado en el corazón de Once sería gestionado por José Iván Vázquez que, en el año 2005 decía que el edificio se bautizaría como “Las Malvinas”. En el proyecto original se realizaban actividades como marinera (baile peruano), salsa y encuentros de murga.
En esos años, la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur y el entonces Presidente de la Nación, Néstor Kirchner, habían acordado levantar en Balvanera el Museo Histórico Malvinas, el Instituto de Investigación y Centro de Documentación sobre Malvinas, Patagonia, Antártida y demás espacios adyacentes, y la sede de esta Comisión de Familiares.
En ese momento, Kirchner cedió los 1250 mts del tercer piso a los movimientos sociales K. Fue el 3 de agosto de 2005, mucho antes de lo que denunció el gobierno de Javier Milei.
En ese lugar, en la recova de Once, a mediados del siglo pasado, había funcionado el Hotel Marcone, donde se alojaban empleados ferroviarios. Con la llegada de Kirchner al poder, el segundo piso fue cedido a la Federación de Tierra y Vivienda de Luis D’elía. Allí, el dirigente social, luego situó a su partido MILES. También funcionó la sede de Unidos y Organizados y la Agencia Paco Urondo (APU).
Nadie recordaba el proyecto original de recordar a las Islas Malvinas. En el año 2011, con la presidencia de Cristina Kirchner, el edificio de Pueyrredón 19 volvió a ser noticia. En el tercer piso, mientras se hacían los estudios técnicos para la ejecución del Museo, D’Elía alojó a la agrupación de Once Libre, encabezada por la artista Judith Villamayor. El grupo hizo actividades de octubre de 2010 a febrero de 2011.
Ese famoso museo de las Malvinas, finalmente, fue ubicado por Cristina Kirchner en el edificio de la EX ESMA.
Durante la presidencia de Alberto Fernández, en el edificio de la recova de Once, las agrupaciones sociales antes mencionadas, homenajearon y recibieron a Evo Morales, el ex presidente de Bolivia. Allí lo acompañó el diputado kirchnerista Eduardo Valdés.
Posiblemente, las Madres de Plaza de Mayo nunca supieron que en esos pisos se había instalado un boliche bailable, una sala de danzas con fines comerciales para niños y hasta un gallinero. Lo cierto es que es otra muestra del descontrol de recursos públicos que existió durante los gobiernos kirchneristas.
Los tiempos cambiaron y la opinión pública exige saber dónde termina la plata de sus impuestos. Es la única manera de entender cómo un edificio ubicado en el centro de Once tuvo durante años las banderas de Miles y del Frente Transversal de la Central de Trabajadores Argentinos –CTA- y nadie decía nada.
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