Las estrategias de Salud para combatir la obesidad
Cada 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad, en tal sentido se realizan numerosas acciones que contribuyen a concientizar acerca de esta patología que afecta a miles de personas.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) aprobó el Plan de Acción para la prevención de la obesidad en la niñez y la adolescencia implementando un conjunto de políticas, leyes y normativas, teniendo en cuenta las prioridades y su contexto en las siguientes líneas estratégicas de acción:
a) Atención primaria de salud y promoción de la lactancia materna y la alimentación saludable. b) Mejora de los entornos escolares de alimentación y actividad física. c) Políticas fiscales y regulación de la comercialización y etiquetado de alimentos. d) Otras acciones multisectoriales. e) Vigilancia, investigación y evaluación.
En base al plan estratégico de la OPS, desde el Ministerio de Salud se trabaja en cada una de las estrategias de acción. Se cuenta con el programa “Peso Saludable”, que abarca a personas con sobrepeso y obesidad a partir de los 5 años, a quienes se les brinda atención nutricional personalizada en los diferentes consultorios ubicados en toda la provincia, así como también educación alimentaria nutricional. Paralelamente se trabaja con los “Entornos Escolares Saludables”; se han realizado concursos y actividades lúdicas con escuelas primarias.
El Ministerio de Salud promueve la actividad física en toda la población mediante la creación y difusión de espacios adecuados para el ejercicio físico por medio del programa “Lucha contra el sedentarismo”.
También se brinda información acerca de la Ley de Alimentación Saludable y el etiquetado frontal de alimentos, entre otras acciones preventivas.
La «causa de la obesidad» es un tema complejo y multifacético que involucra una interacción de factores genéticos, ambientales, sociales, culturales y de comportamiento.
Para tener un impacto real sobre la obesidad tenemos que trabajar juntos para abordar sus múltiples causas fundamentales en toda la sociedad. Simplificar la enfermedad a una sola causa puede dificultar aún más su tratamiento.
Algunas de las principales causas y factores de riesgo asociados con la obesidad incluyen:
Desequilibrio energético:
Consumir más calorías de las que se queman a través de la actividad física y el metabolismo basal puede llevar al aumento de peso y eventualmente a la obesidad.
Dieta poco saludable: El consumo excesivo de alimentos altos en calorías, grasas saturadas, azúcares y alimentos procesados puede contribuir al desarrollo de la obesidad.
Inactividad física: La falta de actividad física regular es un factor importante en el desarrollo de la obesidad. La tecnología moderna y los estilos de vida sedentarios han llevado a una disminución en la actividad física diaria para muchas personas.
Factores genéticos: Existen ciertas predisposiciones genéticas que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar obesidad. Sin embargo, la genética por sí sola no determina el destino de una persona en términos de peso, ya que el estilo de vida y otros factores también juegan un papel crucial.
Factores socioeconómicos: El acceso limitado a alimentos saludables debido a restricciones económicas, así como la falta de acceso a entornos seguros y espacios adecuados para la actividad física, pueden contribuir a la obesidad, especialmente en comunidades desfavorecidas.
Factores psicológicos y emocionales: Algunas personas recurren a la comida como una forma de hacer frente al estrés, la ansiedad u otras emociones negativas, lo que puede llevar a hábitos alimenticios poco saludables y eventualmente a la obesidad.
Factores médicos: Algunas condiciones médicas, como el hipotiroidismo, el síndrome de Cushing y ciertos trastornos hormonales, pueden contribuir al aumento de peso y la obesidad.
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