El 8M se conmemora con un programa de capacitación y contención para las mujeres
Este viernes, en vísperas al 8 de marzo -Día Internacional de la Mujer- el ministro de Familia y Desarrollo Humano, Carlos Platero, presentó los lineamientos del programa “Mi espacio”, con el que se busca a través de talleres de capacitación y contención, fomentar la autonomía económica, laboral y social, especialmente para aquellas mujeres, de 18 a 60 años, que han encontrado obstáculos para acceder a un trabajo digno o tener su propio emprendimiento productivo. Con esta iniciativa se pretende asegurar la igualdad de oportunidades, pero también la protección de las mujeres en situación de vulnerabilidad, tanto por circunstancias socioeconómicas adversas o por haber sido víctimas de violencia de género o trata, ya que son las principales destinatarias.
Para llevar adelante el programa “Mi espacio” se involucraron las direcciones de Género, de Políticas para la Equidad, de Economía Social y de Asociativismo -todas dependientes del Ministerio de Familia y Desarrollo Humano-, las que trabajarán en colaboración con la Dirección de Educación Secundaria Técnico y de Formación Profesional -del Ministerio de Educación-; con la Dirección de Empleo y Formación del Ministerio de Producción, Trabajo e Innovación, que ejecuta el programa “Aprender, trabajar y producir” y con la Secretaría de Transformación Digital y Modernización del Estado del Ministerio de Hacienda.
El programa se basa en la capacitación, formación y acompañamiento, por medio de talleres y acciones específicas, que les permitan a las mujeres mejorar su calidad de vida. A su vez, se busca generar la vinculación con el sector productivo -empresas, cooperativas y emprendimientos- para la inserción laboral de las beneficiarias.
Entre las temáticas a abordar en los talleres figuran nociones vinculadas al emprendedurismo (identificación de condiciones personales, familiares, grupales y materiales para generar un emprendimiento; la influencia de las habilidades, el contexto, los competidores, los clientes, entre otros; pasos para convertir una idea en un emprendimiento viable y sostenible, planificación de un negocio, gestión financiera, conocimientos sobre marketing y ventas, acceso a recursos y apoyo gubernamental, social o financiero), habilidades específicas (diseño de indumentaria y moldería; tejido: crochet y bastidor; chocolatería, maquillaje, pintura decorativa y en tela; storytelling (marketing emocional para conectar con clientes y empleados mediante historias que generan vínculo, comunican con éxito y causan impacto en la audiencia), ciberseguridad para proteger sistemas informáticos, redes y datos personales ante amenazas cibernéticas), además de herramientas de promoción y comercialización, marketing digital, diseño de un curriculum de alto impacto, manipulación de alimentos, asociativismo, entre otros. Además se facilitará el acceso a los talleres de oficios brindados en las 80 escuelas de capacitación laboral localizadas en los 19 departamentos y algunos cursos de capacitación del Programa “Aprender, trabajar y producir” como Alfabetización Digital.
Las postulantes según su intereses personales y laborales, deberán inscribirse para luego, ser evaluadas por los equipos de profesionales de las direcciones intervinientes y así quedar seleccionadas para los talleres que comenzarán en su mayoría en el mes de abril.
“Históricamente, la participación de las mujeres en actividades económicas ha estado condicionada por desigualdades estructurales, lo que ha limitado su acceso al empleo y la estabilidad financiera. Y aunque en los últimos años, las políticas de Estado, han avanzado en la atención de las problemáticas vinculadas a la violencia de género y la vulnerabilidad social; la experiencia demuestra la necesidad de acompañarlas de otro modo, donde las redes de apoyo jueguen un papel fundamental. Somos conscientes que, en estos procesos, muchas mujeres requieren acceso a un empleo digno que les garantice autonomía económica y estabilidad”, expresó el ministro Platero.
Las estadísticas indican que muchas mujeres en situación de vulnerabilidad y víctimas de violencia de género, tienen ingresos económicos inestables y precarizados o directamente no los tienen. En su mayoría, se trata de hogares monoparentales con jefaturas femeninas y beneficiarias de programas sociales. Además, se detectan carencias en el ámbito educativo, con altos niveles de deserción escolar y formación primaria incompleta.
“Es clave abordar aspectos como autoestima y desarrollo personal, derechos y autonomía emocional, económica y social, para ayudarlas a salir de estas situaciones, pero a su vez, brindarles recursos que les faciliten el acceso a oportunidades laborales y productivas”, agregó la titular de la dirección de Género, Daiana Guzmán.
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