La represión policial en Brasil: un tema que «pasa de largo» en el fútbol
Otro repudiable acto racista ante un club brasileño, esta vez el Palmeiras, puso en foco de la opinión pública para criticar el accionar de los hinchas de Cerro Porteño por insultar y denigrar a juveniles con gestos discriminatorios, pero, ¿qué pasa cuando la violencia desmedida de la Policía se hace presente? La doble vara para medir la agresión.
Para poner en contexto, Durante el partido de la Libertadores Sub-20 entre Palmeiras y Cerro Porteño, los jugadores brasileños Luighi y Figueiredo fueron víctimas de actos racistas por parte de hinchas del equipo paraguayo.
Figueiredo recibió gestos imitando a un mono, mientras que Luighi fue escupido y sufrió insultos racistas. Afectado, Luighi dio un emotivo discurso tras el partido y denunció el racismo como un crimen.
La CONMEBOL rechazó los hechos y anunció medidas disciplinarias. La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) presentó una queja exigiendo sanciones severas, mientras que Palmeiras prometió llevar el caso hasta las últimas instancias.
Clubes brasileños y el jugador Vinícius Júnior expresaron su apoyo a Luighi. La CBF destacó su compromiso contra el racismo y recordó que es la primera confederación en imponer sanciones deportivas en su reglamento por estos actos.
Pero tanto Conmebol como las CBF y los clubes brasileños no hicieron ni dieron su apoyo cuando los hinchas argentinos sufrieron atropellos y agresión desmedida por parte de la Policía en los encuentros de Argentinos Juniors, River, Boca, San Lorenzo, Estudiantes, Independiente, incluso con Tigre, que no pudo terminar una final por el proceder policial.
Apenas tuvieron un frío comunicado, cuando la situación fue insostenible, y ni siquiera fue por parte de la Policía, cuando dos hinchas de Racing fueron asaltados y recibieron ataques con un cuchillo en la playa en Río de Janeiro, antes de la vuelta de la final de la Recopa Sudamericana que ganó La Academia hace algunas semanas.
Múltiples casos de represión policial contra hinchas argentinos en Brasil sucedieron a lo largo de la historia reciente que, al parecer, no son de relevancia para los clubes de aquel país a la hora de destacar la violencia:
Boca – Fluminense (2023, Copa Libertadores): Hinchas de Boca fueron atacados por la barra del Flu en Copacabana, mientras la policía observaba sin intervenir. Cuando finalmente actuaron, reprimieron a los xeneizes con balas de goma, gases lacrimógenos y golpes. Además, muchos hinchas con entradas no pudieron ingresar al Maracaná debido a un mal operativo, y fueron nuevamente atacados.
Fluminense – Argentinos Juniors (2023, Copa Libertadores): La barra del Flu emboscó a hinchas argentinos antes del partido y les robó pertenencias. En las tribunas, la policía disparó balas de goma contra los seguidores del Bicho, dejando varios detenidos.
Goiás – Estudiantes (2023, Copa Sudamericana): La hincha Mayra Villarreal denunció abuso de autoridad, relatando que la policía los hizo esperar más de una hora, los sometió a requisas humillantes y los expuso a la agresión de los hinchas locales.
Chapecoense – Independiente (2016, Copa Sudamericana): Durante el partido, la policía reprimió con gases lacrimógenos y golpes a los hinchas del Rojo sin motivo aparente, generando un clima de caos.
San Pablo – Tigre (2012, Copa Sudamericana): En el entretiempo, la policía y la seguridad privada ingresaron al vestuario de Tigre y agredieron a los jugadores, incluso apuntando con un arma a Damián Albil. El equipo decidió no salir a jugar el segundo tiempo, lo que le otorgó el título a San Pablo en un escándalo histórico.
San Pablo – River (2005, Copa Libertadores): La violencia comenzó cuando el micro de River fue apedreado sin que la policía interviniera. Luego, los hinchas fueron reprimidos en las tribunas tras intentar colgar una bandera, resultando en un enfrentamiento con heridos de ambos lados.
Atlético Mineiro – Arsenal (2013, Copa Libertadores): Tras un polémico arbitraje, los jugadores de Arsenal increparon al árbitro, lo que provocó la intervención violenta de la policía, que los golpeó y detuvo a nueve futbolistas, obligando al club a pagar una fianza para liberarlos.
Flamengo – Independiente (2017, Copa Sudamericana): La barra del Flamengo intentó irrumpir en el hotel de Independiente y, al no lograrlo, atacó a hinchas argentinos en las calles. A pesar de las agresiones, la policía no detuvo a ningún responsable.
La represión policial y la pasividad ante ataques de barras brasileñas han sido constantes en los enfrentamientos entre equipos argentinos y brasileños, sin tener un pedido de disculpas o de apoyo por parte de los clubes, quienes además, cuando asisten a los encuentros en nuestro país, rompen billetes de pesos argentinos y se burlan de la situación económica sin recibir castigo alguno por parte de la Conmebol.
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