Por la baja ejecución del presupuesto en Capital Humano y podría haber más renuncias

El Ministerio de Capital Humano atraviesa horas complejas, entre la probable salida de otro funcionario clave de la mega cartera que incluye la Anses, Desarrollo Social, Educación, Cultura y Trabajo, y que registra además casi una decena de áreas con presupuestos marcadamente subejecutados habiendo transcurrido más de la mitad del año, lo que recibió críticas desde diversos ámbitos.

En un ministerio donde ya hubo muchas dimisiones, trascendió que podría dar un paso al costado en las próximas horas el jefe de Gabinete, Lucas Fernández Aparicio, que había sido nombrado -no llegó a ser designado en el Boletín Oficial- hace cerca de un mes. Fernández Aparicio había ya sido funcionario del gobierno de Cambiemos y llegaba como un hombre cercano al macrismo, en momentos de ebullición del vínculo entre La Libertad Avanza y el PRO.

En su lugar, antes, había estado Fernando Szereszevsky, un funcionario de gran cercanía con la ministra Sandra Pettovello, pero que dejó su puesto alegando compromisos profesionales: es el manager de la banda de rock Los Ratones Paranoicos e inició una gira con ellos. Pero la renuncia de funcionarios del mega ministerio es una constante: fueron, con Fernández Aparicio, 43 los nombres que dejaron de formar parte de Capital Humano.

Pettovello fue ratificada en su puesto en distintas ocasiones por el presidente Javier Milei, quien la definió como “la mejor ministra de la historia”. Eso a pesar de haber experimentado, desde la conformación de semejante cartera, con distintos obstáculos de gestión. El más ruidoso fue el escándalo por la falta de reparto de miles de toneladas alimentos almacenados y a punto de vencerse.

Pero, además de las dificultades de gestión, se suma otro elemento: la lentitud en la ejecución del presupuesto designado para el ministerio, especialmente en Educación, que tras las últimas modificaciones realizadas por Jefatura de Gabinete suma 4,3 billones de pesos.

De ese total, fue ejecutado hasta el momento poco menos del 40%, es decir 1,7 billones de pesos. Un grupo de áreas específicas de la cartera educativa acumulan, pasado más de la mitad del año, porcentajes de ejecución presupuestaria mínimos.

Uno de ellos es, por ejemplo, el de los programas de mejora de lectura, que cuenta con $76.000 millones y fueron devengados solo $223 millones, un 0,29% del total. Se trata de fondos destinados a la implementación del Programa Nacional de Lecturas. La mayor parte de esas partidas se invierten en la adquisición y provisión de libros de texto, lectura y manual para alumnos de nivel inicial, primaria y secundaria.

Otro renglón del gasto de esa cartera incluso tiene ejecución cero. Es la que corresponde a los 744 millones del rubro “Otras Transferencias”, que es definida como fondos que el Estado nacional prevé para transferir a municipios, con objeto de gasto “Educación”. Según la ley de presupuesto se indica que “a través de la categoría programática se reflejan las transferencias para financiar los gastos del Sistema de Educación Municipal”.

Existen en el territorio nacional algunos sistemas educativos municipales de considerable extensión, como el de General Pueyrredón (Mar del Plata) en la Provincia de Buenos Aires, o el de la Ciudad de Córdoba, que de forma habitual reciben apoyos de gobiernos supramunicipales, para su sostenimiento.

El gasto en infraestructura también está marcadamente subejecutado, apenas el 3,28% del total, lo que implica $2.100 millones de los $64.000 millones presupuestados. En este caso, se trata de fondos que se transfieren a las jurisdicciones y/o a las escuelas, y/o universidades para contribuir a alcanzar condiciones físicas mínimas y adecuadas para el desenvolvimiento de las actividades en los establecimientos educativos. Además, se ejecutan obras de construcción y readecuación mediante procedimientos de contratación centralizada. A su vez, parte de los fondos se destinan a la compra de mobiliario.

Un sector fuertemente subejecutado es el Instituto Nacional de la Educación Técnica (INET), que es dinero que se destina al financiamiento de programas de formación docente, a diseñar e implementar dispositivos para acercar a diferentes comunidades específicas tramos formativos cortos orientados a generar competencias y habilidades para el empleo, a asistir a instituciones en refacciones o compra de equipamiento para la mejora de la educación técnico profesional, entre otras acciones para asegurar la equidad y adecuación permanentemente de la oferta educativa a las demandas sociales y productivas a través de la coordinación de programas y proyectos. Se ejecutó casi el 5% del presupuesto total que es de 41 mil millones de pesos.

La infraestructura para jardines de infantes también fue ejecutada en menos del 10 por ciento. Son fondos destinados al desarrollo y fortalecimiento de la infraestructura de edificios para establecimientos de educación inicial. Estos se invierten de forma centralizada y descentralizada. Es decir, se destinan a la construcción, readecuación y ampliación de jardines infantiles de forma directa y también a la transferencia de fondos a unidades ejecutoras provinciales para los mismos fines. También se erogan para la adquisición de equipamiento mobiliario de edificios educativos de nivel inicial en todo el país. Pero la llegada de los fondos para esos destinos fue escasa.

La extensa lista de funcionarios que renunciaron

Desde los primeros minutos de su llegada a la función pública, Pettovello tuvo que convocar a personal idóneo para poner en marcha una estructura completamente nueva en simultáneo con una experiencia inédita de un libertario a cargo del Gobierno.

De las últimas y más importantes se destaca la de Maximiliano Keczeli, secretario de Coordinación Legal y Administrativa, y una de las figuras clave que tuvo el súper Ministerio creado a partir de la unión de cuatro carteras. Es que Capital Humano absorbió Desarrollo Social, Trabajo, Educación y Cultura, al mismo tiempo que ANSeS, que gestiona el presupuesto más importante de toda la administración pública nacional.

En esa lista están Gerardo Marcelo Hita, que fue director del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales; Juan Ignacio López Montoiro y Ricardo Spartano, subsecretarios de Gestión Administrativa; Marcelo Rubén Basilotta, director ejecutivo Casa Patria Grande. Uno de los casos más resonantes fue el del titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS).

Otra salida ruidosa en el ámbito que maneja Pettovello fue la del ex director ejecutivo del organismo previsional, el cordobés Osvaldo Giordano, despedido por decisión de Milei debido a que su esposa, la diputada nacional Alejandra Torres votó en contra en el primer debate en particular que tuvo la Ley Bases, cuando constaba de más de 400 artículos. “Duerme con el enemigo”, sentenció el Presidente para argumentar su decisión de desplazarlo del cargo.

En áreas específicas, la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, que absorbió las funciones del anterior Ministerio de Desarrollo Social, la última baja fue la de su principal funcionario, Pablo De la Torre, que fue despedido después del escándalo de los alimentos y las contrataciones de asesoramiento mediante la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Pero en esta cartera, también dejaron sus cargos Héctor Nicolás Calvente, subsecretario de Políticas Sociales; María Lucía Raskovsky; subsecretaria de Políticas Territoriales y Desarrollo Humano; Fernando de la Cruz Molina Pico, coordinador general de la Comisión Nacional de Coordinación del Programa de Promoción del Microcrédito para el Desarrollo de la Economía Social y Esteban Bosch, Director Nacional de Emergencia.

También dejaron sus cargos Pablo Rodrigué, subsecretario de Políticas Sociales, una posición clave que todavía está sin designación; Agustín Sánchez Sorondo, que fue subsecretario administrativo y que tampoco hay reemplazante nombrado. Rodrigo “Roco” Aybar, subsecretario de Innovación de la Economía Solidaria también presentó su dimisión.

La secretaría de Trabajo es una de las áreas más conflictivas y donde los cambios tuvieron que ver no sólo con cuestiones de gestión o personales, sin con cuestiones vinculadas a líneas políticas y decisiones del propio Javier Milei. De allí se fueron Omar Yasín, que fue el primer Secretario de Trabajo, quien fue señalado por el propio Milei como uno de los responsables del polémico aumento de sueldos que se otorgaron a los funcionarios jerárquicos del gobierno.

Pero antes, también se fueron Horacio Pitrau, que había sido designado subsecretario de Trabajo, y sus dos sucesoras, Liliana Archimbal y Mariana Hortal Sueldo y otro funcionario de esa misma área, de nombre Luis Palomino. También renunciaron Martin Bugueiro, que era director general de administración; y Nicolás Sojit, que era director general de Programas y Proyectos Sectoriales y Especiales. A ellos se suman Mónica Alcíbar, Alejandro Alberto Díaz, Ernesto Medina, Yanina Palmeyro, Gastón Acosta, Sergio Bixio, Marina Andragnez, Lucas Busch, Cecilia Paladino, Diego Pardo y Daniel Pastrano.

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